The Surprising Truth About the Brain’s Impact on Overall Health
While physical and mental health are key components of overall well-being, brain health—often overlooked as a crucial factor—is closely linked to general health rather than existing as a separate concept. Fortunately, many actions that improve physical health, such as managing blood sugar and blood pressure, along with practices that support mental health, directly support brain health.
An important outcome of maintaining good overall health is a well-functioning nervous system. Healthy habits like a balanced diet, regular exercise, and stress management support both body and mind.
Jeffrey Rosenfeld, PhD, MD, professor of neurology, neuromuscular specialist, associate chairman of neurology, and director of the Center for Restorative Neurology at Loma Linda University Health, said that brain health often isn’t prioritized because people mistakenly believe they have little control over it.
While the brain is a complex organ that researchers have more questions about its functions than answers, brain health deserves a place alongside other wellness goals.
How to support brain health
A widespread misconception is that people cannot directly influence their cognitive well-being. In truth, adopting healthy habits can significantly improve brain health. Rosenfeld addresses the following key lifestyle habits that help support optimal brain function.
Mental activity: Keeping the brain engaged through simple and challenging tasks promotes a concept known as plasticity—the brain’s ability to form new connections. Plasticity, also referred to as neuroplasticity, helps the brain develop and strengthen new internal pathways, which can be done through staying mentally active.
“The nervous system thrives on novelty, meaning trying new things. Taking up a hobby, reading, traveling, or learning a new language,” Rosenfeld says. “Even taking a different route to and from work can help the brain's plasticity by encouraging it to stay intellectually curious.”
Additionally, brain training apps and puzzles provide a modern way to keep the brain stimulated. For many people, utilizing a brain app on their phone or smart watch provides a convenient platform to challenge and engage brain agility in a fun and unique way.
Exercise: Regular physical activity supports both physical and brain health by increasing blood flow, reducing stress and anxiety, boosting cognitive function, and enhancing neuroplasticity.
Diet: A healthy diet provides the brain with the essential nutrients that support its structure and function. Consuming foods rich in antioxidants, healthy fats, vitamins, and minerals promotes better cognitive performance, enhances memory, and helps protect against neurodegenerative diseases. Diets, such as the Mediterranean Diet, can provide useful guidelines for healthy eating.
Sleep: Sleep is vital for brain health because it plays a key role in restoring and maintaining cognitive function. During sleep, the brain consolidates memories, strengthens neural connections, and enhances learning by processing information from the day. Insufficient or poor-quality sleep can impair these processes, potentially leading to reduced mental clarity, slower reaction times, and increased risk of neurological disorders.
For more information about the brain, visit our website at lluh.org/neurology.
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By Alyssa Hunt
¿Se puede mejorar la salud del cerebro? El sorprendente impacto del cerebro en la salud
Si bien la salud física y mental son componentes clave del bienestar general, la salud del cerebro, que a menudo se pasa por alto como un factor crucial, está estrechamente vinculada a la salud general en lugar de existir como un concepto separado. Afortunadamente, muchas acciones que mejoran la salud física, como el control del azúcar en la sangre y la presión arterial, junto con las prácticas que apoyan la salud mental, apoyan directamente la salud del cerebro.
Un resultado importante de mantener una buena salud general es un sistema nervioso que funcione bien. Los hábitos saludables como una dieta equilibrada, el ejercicio regular y el control del estrés apoyan tanto al cuerpo como a la mente.
Jeffrey Rosenfeld, profesor de neurología, especialista en neuromuscular, presidente asociado de neurología y director del Centro de Neurología Restaurativa de Loma Linda University Health, dijo que la salud del cerebro a menudo no se prioriza porque las personas creen erróneamente que tienen poco control sobre ella.
Si bien el cerebro es un órgano complejo sobre el que los investigadores tienen más preguntas sobre sus funciones que respuestas, la salud del cerebro merece un lugar junto a otros objetivos de bienestar.
Cómo apoyar la salud del cerebro
Un concepto erróneo muy extendido es que las personas no pueden influir directamente en su bienestar cognitivo. En verdad, adoptar hábitos saludables puede mejorar significativamente la salud del cerebro. Rosenfeld aborda los siguientes hábitos de estilo de vida clave que ayudan a mantener una función cerebral óptima.
Actividad mental—Mantener el cerebro comprometido a través de tareas simples y desafiantes promueve un concepto conocido como plasticidad: la capacidad del cerebro para formar nuevas conexiones. La plasticidad, también conocida como neuroplasticidad, ayuda al cerebro a desarrollar y fortalecer nuevas vías internas, lo que se puede hacer manteniéndose mentalmente activo.
«El sistema nervioso se nutre de la novedad, es decir, de probar cosas nuevas. Dedicarse a un pasatiempo, leer, viajar o aprender un nuevo idioma», dice Rosenfeld. «Incluso tomar una ruta diferente hacia y desde el trabajo puede ayudar a la plasticidad del cerebro al alentarlo a mantener la curiosidad intelectual».
Además, las aplicaciones de entrenamiento cerebral y los rompecabezas proporcionan una forma moderna de mantener el cerebro estimulado. Para muchas personas, utilizar una aplicación cerebral en su teléfono o reloj inteligente proporciona una plataforma conveniente para desafiar y comprometer la agilidad cerebral de una manera divertida y única.
Ejercicio—La actividad física regular favorece la salud física y cerebral al aumentar el flujo sanguíneo, reducir el estrés y la ansiedad, impulsar la función cognitiva y mejorar la neuroplasticidad.
Dieta—Una dieta saludable proporciona al cerebro los nutrientes esenciales que apoyan su estructura y función. El consumo de alimentos ricos en antioxidantes, grasas saludables, vitaminas y minerales promueve un mejor rendimiento cognitivo, mejora la memoria y ayuda a proteger contra enfermedades neurodegenerativas. Las dietas, como la dieta mediterránea, pueden proporcionar pautas útiles para una alimentación saludable.
Dormir—El sueño es vital para la salud del cerebro porque desempeña un papel clave en la restauración y el mantenimiento de la función cognitiva. Durante el sueño, el cerebro consolida los recuerdos, fortalece las conexiones neuronales y mejora el aprendizaje al procesar la información del día. El sueño insuficiente o de mala calidad puede afectar esos procesos, lo que puede conducir a una menor claridad mental, tiempos de reacción más lentos y un mayor riesgo de trastornos neurológicos.
Para obtener más información sobre el cerebro, visite nuestro sitio web en lluh.org/neurology.
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Por Alyssa Hunt
