Fiji Mission Trip Provides Medical and Emotional Support

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A recent mission trip to Fiji, led by Dr. Randall Goodman, provided much-needed ophthalmology services and dental care to those living near the Vatuvonu Adventist School, which is located in a rural area on the southern shores of Buca. This is about 40 miles from the nearest town of Savusavu, on the second-largest island in Fiji. 

The group of 13 dedicated medical professionals traveled to Fiji April 19-28, along with another team of eight, which included five students and three chaperones from a private academy in San Diego. This team provided community services alongside the medical team.

The medical team attended over 100 patients, offering ophthalmology and dental services that are difficult to access locally. Many basic medical services are accessible to locals in the urban areas of Fiji, but in the rural areas they can be difficult to access, and services such as ophthalmology and dental can be even harder to obtain. 

“Many people awoke at 2:00 in the morning and got on a boat to come be treated, and some of them had to wait 5 to 6 hours to be treated,” explained Carlos Garcia, pastor of the Santa Maria Adventist church. Garcia added, “While we were there, a pre-med student at UCLA joined us and brought with her a prosthetic eye.” Someone had made this prosthetic eye for one of the kids in the community who was seen last year on the previous mission trip. 

The child’s eye had been measured and calculated, and an artificial eye was made for him. “The prosthetic eye was given to the young boy, and the smile on his face when he was given a mirror to see his new eye was just the absolute highlight of the whole week for the medical team,” said Garcia.

 

Creating connections through medical care

Goodman, a member of the Santa Maria church and a practicing ophthalmologist, has been visiting Fiji for eight years, building a connection with the local mission clinic in Natuvu. His dedication to providing medical care has been instrumental in establishing this mission. 

This year he invited Pastor Carlos Garcia, who joined the team to conduct a week of prayer at the local boarding school. The primary focus of the mission was medical care, but the spiritual and emotional support provided by Garcia and Pastor Jong Keun Han was equally impactful. 

“It was absolutely phenomenal!” said Garcia. “The school has 250 students, and only 20 percent are Adventist. And of the staff, about 15 to 20 percent are Adventist. But 250 students were in attendance every morning.” The theme of the week was taking a stand for God. Garcia told stories about Daniel, Joseph, and Elijah. “The highlight of the week was that on Wednesday I made a call to commit to God and His leading, and the first person who stood up was the principal. It shook me.”

In the evenings, Pastor Han, who specializes in emotional health, spoke to the students and staff about dealing with stress and maintaining emotional well-being. His meetings were powerful, and the staff were very open to his insights and practical advice on handling emotional challenges.

At one of the altar calls, Garcia noticed that a young man who came forward was missing an eye. “He told me the story,” said Garcia. “In the fourth grade, a boy poked him with a pencil and blinded his eye. I took him to the clinic, and we put his name down for next year. I showed him a picture of the boy whose prosthetic eye was placed the day before, and in tears he said, ‘I want a prosthetic eye.’ So now a boy who came forward and gave his life to Jesus Christ is also going to get a new eye next year.”

The teams that travel to Fiji each year continue leaving a lasting impact on the local community. This mission trip—which usually happens in October each year—continues to build relationships with the Adventist community in Fiji and help those in need of medical and emotional support. Dr. Goodman’s dedication and the team's collective efforts are a testament to the power of compassion and service, demonstrating how a small group of committed individuals can make a significant difference.

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By Brennan Hallock 

 

 

Viaje misionero a Fiji brinda ayuda médica y emocional

Un reciente viaje misionero a Fiji, dirigido por el Dr. Randall Goodman, proporcionó servicios oftalmológicos y atención dental muy necesarios a quienes viven cerca de la escuela adventista de Vatuvonu, que se encuentra en una zona rural en la costa sur de Buca. Está a unas 40 millas de la ciudad más cercana, Savusavu, en la segunda isla más grande de Fiji. 

El grupo de 13 dedicados profesionales médicos viajó a Fiji del 19 al 28 de abril, junto con otro equipo de ocho, que incluyó a cinco estudiantes y tres acompañantes de una academia privada de San Diego. Ese equipo brindó servicios comunitarios junto con el equipo médico.

El equipo médico atendió a más de 100 pacientes, ofreciendo servicios oftalmológicos y odontológicos de difícil acceso a nivel local. Muchos servicios médicos básicos son accesibles para los lugareños en las zonas urbanas de Fiji, pero en las zonas rurales puede ser difícil tener acceso a ellos, y servicios como la oftalmología y la odontología pueden ser aún más difíciles de obtener. 

«Muchos se despertaban a las 2:00 de la mañana y se subían a un barco para venir a ser atendidas, y algunos tenían que esperar de 5 a 6 horas para ser atendidos», explicó Carlos García, pastor de la iglesia adventista de Santa María. García agregó: «Mientras estábamos ahí, una estudiante de pre-medicina de UCLA se unió a nosotros y trajo consigo una prótesis ocular». Alguien había hecho esa prótesis de un ojo para uno de los niños de la comunidad que había sido visto en el viaje misionero anterior. 

El ojo del niño había sido medido y calculado, y se le había hecho un ojo artificial. «Se le dio el ojo protésico al niño y la sonrisa en su rostro cuando le dieron un espejo para ver su nuevo ojo fue lo más destacado de toda la semana para el equipo médico», dijo García.

 

Crear conexiones a través de la atención médica

Goodman, miembro de la iglesia de Santa María y oftalmólogo, ha estado visitando Fiji durante ocho años, estableciendo una conexión con la clínica misionera en Natuvu. Su dedicación a brindar atención médica ha sido fundamental para establecer esa misión. 

Este año invitó al pastor Carlos García, quien se unió al equipo para llevar a cabo una semana de oración en el internado. El enfoque principal de la misión fue la atención médica, pero el apoyo espiritual y emocional brindado por García y el pastor Jong Keun Han fue igualmente impactante. 

«¡Fue absolutamente fenomenal!», dijo García. «La escuela tiene 250 estudiantes y solo el 20 por ciento es adventista. Y del personal, entre el 15 y el 20 por ciento son adventistas. Pero 250 estudiantes asistían todas las mañanas». El tema de la semana fue tomar una posición a favor de Dios. García contó historias acerca de Daniel, José y Elías. «Lo más destacado de la semana fue que el miércoles hice un llamado a comprometerse con Dios y su dirección y la primera persona que se puso de pie fue el director. Eso me impresionó».

Por las noches, el pastor Han, que se especializa en la salud emocional, habló con los estudiantes y el personal sobre cómo lidiar con el estrés y mantener la salud emocional. Sus reuniones fueron impactantes y el personal estuvo muy dispuesto a sus ideas y consejos sobre cómo lidiar con los desafíos emocionales.

En uno de los llamados al altar, García notó que a un joven que se acercó le faltaba un ojo. «Me contó su historia», dijo García. «En cuarto grado, un chico lo pinchó con un lápiz y le cegó el ojo. Lo llevé a la clínica y anotamos su nombre para el próximo año. Le mostré una foto del niño al que le habían colocado la prótesis ocular el día anterior, y entre lágrimas me dijo: “Quiero una prótesis ocular”. Así que ahora, un muchacho que se presentó y entregó su vida a Jesucristo también va a tener un nuevo ojo el próximo año».

Los equipos que viajan a Fiji cada año continúan teniendo un impacto duradero en la comunidad. Ese viaje misionero, que por lo general se lleva a cabo en octubre de cada año, continúa estableciendo relaciones con la comunidad de Fiji y ayudando a aquellos que necesitan apoyo médico y emocional. La dedicación del Dr. Goodman y los esfuerzos colectivos del equipo son un testimonio del poder de la compasión y el servicio, demostrando cómo un pequeño grupo de personas comprometidas puede producir un impacto significativo.

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Por Brennan Hallock