Finding My Purpose

by Donna Wyman

LEA ESTE ARTÍCULO EN ESPAÑOL

 

He was 14 and I was 12 when our relationship began—too young for “serious stuff,” my parents said. But as the years rolled along, through academy and college, the “serious stuff” developed.

We married young—my parents finally approved—and we spent the next 60 years as partners in active ministry: evangelism, pastoral ministry, and administration. He retired at 81, and we felt it had been a “good run,” with challenges and accomplishments.

The first few retirement years were well spent, and we were contented. We biked and walked and managed to complete 12 full marathons. Content and tired!

Then, a visitor named Alzheimer’s knocked on our door, and for the next few years I loved him, cared for him, and sat by his side daily. And so it was we said “goodbye for now” at the end of 72 years of a fulfilling marriage packed with blessings and “serious stuff.”

Soon decisions were made, and I landed in an Assisted Living facility. It is beautiful and serves me well. There were many others all around me, but I felt empty. An important half of me was gone, leaving a frayed hole in my heart. I am a Certified Bereavement Facilitator and know the steps of the grief journey—and I took most of them.

 

 

 

 

Time passed and I began to feel self-absorbed—a natural response when you have been thinking and dealing with your grief and not much else. Eventually I felt the need to begin to attend to that hole in my heart by cultivating some meaning and purpose.

You finally feel a stirring in your heart to find something that brings vitality back into your life. Again, this is a choice! You are ready when you are ready.

About this time, I came across Viktor Frankl’s book, Man’s Search for Meaning, and it changed me. I highly recommend the book. It is based on his life as a three-year prisoner in Auschwitz and the life challenges he faced upon his release. How would you find meaning and purpose in life after enduring such a horrific experience?

For starters, you make a choice. A critical choice. Do you sit in your chair and watch Roku most of the day? I tried that. Or do you finally realize this is getting you nowhere. You finally feel a stirring in your heart to find something that brings vitality back into your life. Again, this is a choice! You are ready when you are ready. Joan Chittister, in her book, There Is a Season, states, “Once the tears have been shed that mark the loss, then the changes can be made that mark the new beginning.”1

You say to yourself, “Until now, I did that, and now I’m going to do something else.” So, what will become your purpose and meaning in finding that “something else?”

As Frankl teaches in his book and with his patients,

There are three main avenues on which one arrives at meaning in life. The first is by creating a work or by doing a deed. The second is by experiencing something or encountering someone; in other words, meaning can be found not only in work but also in love.… Most important, however, is the third avenue to meaning in life: even the helpless victim of a hopeless situation, facing a fate he cannot change, may rise above himself, may grow beyond himself, and by so doing, change himself.2

Your heavenly Father is involved in all of this. Ask Him. Have Him help you cultivate meaning. Have Him guide you to find and feel a new purpose in your life. He has it all picked out for you.

In my searching for a new purpose following the valley I had been in, I first purposed in my heart to be more kind. Every morning, I asked God to send across my path that day someone who needed kindness in a special way. That prayer has been answered many days.

For my remaining years, I have purposed to live a healthier lifestyle. I have always eaten well, albeit too well! It is fun now to choose foods that I know are very good for me and to discard the others. I have never eaten so many blueberries in my life! This has brought meaning to my life, and I enjoy the challenge.

I have purposed to put more meaning into my daily morning devotional. At present, I am involved in four different books plus my Bible. My devotional time is not a rushed experience.

How about you? It’s waiting for you. Step out of the doldrums and excite yourself with a new purpose, a new concept, a new activity, a new relationship, or a new plan of action that will give your days more meaning and purpose as you awake each morning.

Let’s choose together that, while we still have breath, we will trust in God’s faithfulness and claim the courage to cultivate meaning and purpose in our lives. “Forget about what’s happened; don’t keep going over old history. Be alert, be present. I’m about to do something brand-new. It’s bursting out! Don’t you see it? There it is! I’m making a road through the desert, and rivers in the badlands” (Isaiah 43:18-19, MSG).

_____________________________

Donna Wyman, still discovering purpose and meaning at 93 years of age, writes from Rocklin, California.

1. Joan Chittister, There Is a Season (Maryknoll, NY: Orbis Books, 1995).
2. Viktor E. Frankl, Man’s Search for Meaning (New York: Washington Square Press, 1997), p. 170.

 

 

El propósito de mi vida

Por Donna Wyman

 

Él tenía 14 años y yo 12 cuando comenzó nuestra relación, demasiado jóvenes para «algo serio», dijeron mis padres. Pero a medida que pasaban los años, a través de la academia y la universidad, se desarrolló «algo serio».

Nos casamos jóvenes —mis padres finalmente lo habían aprobado— y pasamos los siguientes 60 años como socios en el ministerio: evangelismo, ministerio pastoral y administración. Se retiró a los 81 años, y sentimos que había sido una «buena racha», con sus desafíos y logros.

Los primeros años de jubilación fueron bien aprovechados y estábamos contentos. Anduvimos en bicicleta, caminamos y logramos completar 12 maratones. ¡Contentos y cansados!

Entonces, un visitante llamado Alzheimer llamó a nuestra puerta, y durante los siguientes años lo amé, lo cuidé y me senté a su lado todos los días. Así que nos dijimos «adiós por ahora» al final de 72 años de un matrimonio satisfactorio lleno de bendiciones y «algo serio».

Pronto se tomaron decisiones y aterricé en un centro de vida asistida. Es hermoso y me asienta bien. Había muchos otros a mi alrededor, pero me sentía vacía. Una mitad importante de mí se había ido, dejando un agujero deshilachado en mi corazón. Soy una facilitadora certificada de duelo y conozco los pasos de la experiencia del duelo, y seguí su mayoría.

 

 

 

 

Pasó el tiempo y comencé a sentirme ensimismada, una reacción natural cuando has estado pensando y lidiando con tu dolor y no mucho más. Con el tiempo sentí la necesidad de empezar a atender ese hueco en mi corazón cultivando algo con significado y propósito.

Finalmente sientes una agitación en el corazón por encontrar algo que devuelva la vitalidad a tu vida. Una vez más, ¡esa es una elección! Estás lista cuando estás lista.

Por esa época, me encontré con el libro de Viktor Frankl, Man’s Search for Meaning, y me transformó. Recomiendo encarecidamente ese libro. Se basa en su vida como prisionero por tres años en Auschwitz y los desafíos que enfrentó después de su liberación. ¿Cómo encontrarías sentido y propósito en la vida después de soportar una experiencia tan horrible?

Para empezar, tú eliges. Una elección crítica. ¿Te sientas y ves la tele la mayor parte del día? Lo intenté. ¿O finalmente te das cuenta de que eso no te lleva a ninguna parte? Finalmente sientes una agitación en el corazón por encontrar algo que devuelva la vitalidad a tu vida. Una vez más, ¡esa es una elección! Estás lista cuando estás lista. Joan Chittister, en su libro, There Is a Season, afirma: «Una vez que se han derramado las lágrimas que marcan la pérdida, entonces se pueden hacer los cambios que marcan el nuevo comienzo».1

Te dices a ti misma: «Hasta ahora hice eso y ahora voy a hacer otra cosa». Entonces, ¿cuál será tu propósito y significado al encontrar ese «algo más»?

Como enseña Frankl en su libro y con sus pacientes,

Hay tres vías principales por las que se llega al sentido de la vida. La primera es creando una obra o haciendo una obra. La segunda es experimentando algo o encontrar a alguien; en otras palabras, el sentido se puede encontrar no sólo en el trabajo, sino también en el amor. Lo más importante, sin embargo, es la tercera vía hacia el significado de la vida: incluso la víctima indefensa de una situación desesperada, que se enfrenta a un destino que no puede cambiar, puede elevarse por encima de sí misma, puede crecer más allá de sí misma y, al hacerlo, cambiarse a sí misma.2

Tu Padre celestial está involucrado en todo eso. Pregúntale. Pídele que te ayude a cultivar el significado. Pídele que te guíe para encontrar y sentir un nuevo propósito en la vida. Lo tiene todo dispuesto para ti.

En mi búsqueda por un nuevo propósito después del valle en el que había estado, primero me propuse en el corazón ser más amable. Todas las mañanas, le pedía a Dios que enviase a alguien que se cruzase en mi camino ese día que necesitase bondad de una manera especial. Esa oración ha sido contestada muchos días.

Durante los años que me quedan, me he propuesto llevar un estilo de vida más saludable. ¡Siempre he comido bien, quizá demasiado bien! Me es divertido elegir alimentos que sé que son buenos para mí y descartar los demás. ¡Nunca había comido tantos arándanos en mi vida! Eso ha dado sentido a mi vida y disfruto el desafío.

Me he propuesto darle más significado a mi devocional matutino diario. En la actualidad, estoy involucrada en cuatro libros diferentes además de mi Biblia. Mi tiempo devocional no es una experiencia apresurada.

¿Y tú? El cambio está esperando. Sal del estancamiento y emociónate con un nuevo propósito, un nuevo concepto, una nueva actividad, una nueva relación o un nuevo plan de acción que le dará a tus días más significado y propósito al despertar cada mañana.

Elijamos juntos que, mientras todavía tengamos aliento, confiaremos en la fidelidad de Dios y reclamemos el valor para cultivar el significado y el propósito en nuestra vida. «Olvídate de lo que ha pasado; no sigas repasando la vieja historia. Está alerta, está presente. Estoy a punto de hacer algo nuevo. ¡Está a punto de estallar! ¿No lo ves? ¡Ahí está! Voy a hacer camino por el desierto y que corran ríos en las tierras baldías» (Isaías 43:18-19).

_____________________________

Donna Wyman, que sigue descubriendo el propósito y el significado a los 93 años de edad, escribe desde Rocklin, California.

1 Joan Chittister, There Is a Season (Maryknoll, NY: Orbis Books, 1995).
2 Viktor E. Frankl, Man’s Search for Meaning (New York: Washington Square Press, 1997), p. 170.