Yolanda Johnston teaches history at Calexico Mission School (CMS), but what her students may not realize is that Johnston herself is the school’s history—or at least a significant part of it. Yolanda Johnston has been teaching at CMS for 50 years.
“The first day I ever went to school as a kid, I knew I wanted to be a teacher,” Johnston recalled. “As I grew older, I decided what I really wanted was to be a missionary. And here I am, doing both. I am so privileged.”
Since she arrived as a brand-new teacher in 1973, Johnston—or “Mrs. J.” as she is affectionately known—has seen the school shift focus from being primarily an English as a second language school for grades 1-10 to the full K-12 all-subject school it is today. She has taught everything from history to English to art to economics, from fourth grade through high school. Two of her current colleagues and a former principal were students of hers, and now she’s even teaching the children of former students. (She says that when grandchildren of former students start arriving in her classroom, that will be enough!)
Johnston has pictures of former students on her desk—at graduations and weddings, with babies and families. CMS alumni regularly call or stop by to visit, and they always seek out Mrs. J. and give her a hug. Johnston’s students have gone on to become doctors, pastors and priests, lawyers, missionaries, and teachers.
“I cannot take credit for anything,” she insisted. “All of us teachers have our little bit of influence, and perhaps some of what we did has made these kids into adults who are serving their communities. I’m proud of that.”
“Mrs. J. is the heart of Calexico Mission School. As an Adventist educator, we know the most important thing we do is connect students with God,” said Theresa Alvarez-Diaz, principal of CMS. “This is Yolanda’s legacy—being that connecting point. I pray that even when she is no longer here, we will continue to follow her example of making CMS a place where students know they’re loved.”
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By Becky St. Clair
El corazón de la escuela de Calexico: maestra celebra 50 años de enseñanza
Yolanda Johnston enseña historia en Calexico Mission School (CMS), pero lo que sus estudiantes pueden no darse cuenta es que Johnston misma es la historia de la escuela, o al menos una buena parte significativa. Yolanda Johnston ha estado enseñando en CMS durante 50 años.
«El primer día que fui a la escuela cuando era niña, supe que quería ser maestra», recuerda Johnston. «A medida que crecía, decidí que lo que realmente quería era ser misionera. Y aquí estoy, haciendo ambas cosas. Soy tan privilegiada».
Desde que llegó como nueva maestra en 1973, Johnston, o «Mrs. J.», como se la conoce cariñosamente, ha visto que la escuela cambia el enfoque de ser principalmente una escuela de inglés como segundo idioma para los grados 1-10 a una escuela completa con todos los grados K-12 que es hoy. Ha enseñado de todo, desde historia hasta inglés, arte y economía, desde cuarto grado hasta la escuela secundaria. Dos de sus colegas actuales y un ex director fueron estudiantes suyos, y ahora incluso está enseñando a los hijos de ex alumnos. (Ella dice que cuando los nietos de antiguos alumnos comiencen a llegar a su salón de clases, ¡eso será suficiente!)
Johnston tiene fotos de exalumnos en su escritorio, en graduaciones y bodas, con bebés y familias. Los ex alumnos de CMS regularmente llaman o pasan a visitar, y siempre buscan a la Sra. Johnston y le dan un abrazo. Los estudiantes de Johnston se han convertido en médicos, pastores y sacerdotes, abogados, misioneros y maestros.
«No puedo atribuirme el mérito de nada», insiste. «Todos los maestros tenemos nuestra pequeña influencia, y tal vez algo de lo que hicimos ha convertido a esos niños en adultos que están sirviendo a sus comunidades. Eso me llena de orgullo».
«La Sra. Johnston es el corazón de Calexico Mission School. Como educadores adventistas, sabemos que lo más importante que hacemos es conectar a los estudiantes con Dios», dice Theresa Álvarez-Díaz, directora de CMS. «Ese es el legado de Yolanda, ser ese punto de conexión. Oro para que incluso cuando ya no esté aquí, continuemos siguiendo su ejemplo de hacer de CMS un lugar donde los estudiantes sepan que son amados ».
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Por Becky St. Clair