By day Bora Ra is an ICU nurse at Adventist Health White Memorial in Los Angeles, but during a recent Adventist Health mission trip to Loreto, Mexico, she transformed into a medical brigade superhero—part logistics expert, part nurse, and part mission matchmaker.
Bora coordinated clinical services, matching the team of volunteers to mission needs based on medical and language skills, strengths, and interests. She also tracked patient flow, stepping in to ease brigade bottlenecks in order to serve as many patients as possible.
Mission clinic locations in Mexico vary and can be less than optimal. “Based on the availability of electrical power, running water, tables, private rooms, temperature, etc., I plan the workflow of the medical brigade,” said Bora. She assigns spaces for patient registration, vital signs, laboratory services, medical care, dental care, spiritual care, diabetes education, supply storage, pharmacy, restrooms, and of course space for the kids to play.
The 27 volunteers provided clinical care for 252 patients and spiritual care for 95 patients. Adventist Health chaplains also provided Clinical Pastoral Education for 20 local chaplains who work with the Red de Clinicas Adventista clinic system.
Each year, Adventist Health White Memorial travels to Loreto, Valle de la Trinidad, and Montemorelos, Mexico, to provide healthcare services and complete projects in the community for people experiencing difficulties.
Bora has been on four mission trips to Mexico and will put her superhero powers to work there again in the future. She said, “Returning to these towns delivers another level of purpose as you get to build on the relationships made with not only the local doctors, pastors, government officials, and volunteers but also members of the community! Each mission trip is special; the group energy is lovely and there is a great sense of teamwork.”
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By Kim Strobel
Voluntarios establecen relaciones duraderas en viajes misioneros
Durante el día, Bora Ra es enfermera de la unidad de cuidados intensivos en Adventist Health White Memorial en Los Angeles, pero durante un reciente viaje misionero de Adventist Health a Loreto, México, se transformó en una superheroína de la brigada médica, en parte experta en logística, en parte enfermera y en parte celestina.
Bora coordinó los servicios clínicos, haciendo coincidir al equipo de voluntarios con las necesidades de la misión en función de habilidades, fortalezas e intereses médicos y lingüísticos. También hizo un seguimiento del flujo de pacientes, interviniendo para aliviar los atolladeros de la brigada con el fin de atender a tantos pacientes como fuese posible.
«En función de la disponibilidad de energía eléctrica, agua corriente, mesas, habitaciones privadas, temperatura, etc., planifico el flujo de trabajo de la brigada médica», dijo Bora. Asigna espacios para el registro de pacientes, signos vitales, servicios de laboratorio, atención médica, atención dental, atención espiritual, educación sobre la diabetes, almacenamiento de suministros, farmacia, baños y, por supuesto, espacio para que jueguen los niños.
Los 27 voluntarios brindaron atención clínica a 252 pacientes y atención espiritual a 95 pacientes. Los capellanes de Adventist Health también proporcionaron educación pastoral clínica a 20 capellanes que trabajan con el sistema de clínicas de la Red de Clínicas Adventistas.
Cada año, Adventist Health White Memorial viaja a Loreto, Valle de la Trinidad y Montemorelos, México, para brindar servicios de atención médica y completar proyectos en la comunidad para personas que experimentan dificultades.
Bora ha estado en cuatro viajes misioneros a México y volverá a poner sus poderes de superheroína a trabajar en el futuro. Ella dijo: «Regresar a esas ciudades ofrece otro nivel de propósito, ya que puedes edificar sobre las relaciones establecidas no solo con los médicos, pastores, funcionarios gubernamentales y voluntarios, sino también con los miembros de la comunidad. Cada viaje misionero es especial; la energía del grupo es encantadora y hay un gran sentido del trabajo en equipo».
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Por Kim Strobel
