Throughout the past year, Whittier church has grown its community outreach by introducing a community closet ministry. Every second and fourth Sabbath from 3-5 p.m., visitors to the church’s Adventist Community Services food pantry can now also select from a variety of free clothing, shoes, accessories, and toys for all ages. This May, Whittier church celebrated the first anniversary of this impactful initiative.
Alice Anderson, community closet coordinator, recalls how the ministry began with a small distribution of a blanket, sandwich, and water to unsheltered people in Whittier during the pandemic. “When the church reopened, we collected clothing and shoes and had tables set up in front of the church, giving these items away for free,” Anderson shared. “After the inception of the food pantry, we set up tables and racks of clothing in the gym while we remodeled the upstairs room that had ‘closets.’ From there, the community closet was formed.”
The ministry has since transformed into a dedicated space that provides guests with dignity. Just as they can choose items from the food pantry, visitors to the community closet can sort through categorized clothing hanging on racks or shoes tucked away in shelves, as if they are shopping at a retail store.
One-on-one conversations, smiling faces, and returning families are just some of the elements that bring joy to the volunteers. For Crystal Rodriguez, volunteering evokes memories of her childhood. “I remember growing up with my mom, [who was] a single mom looking for clothes, [and] it was always really hard,” Rodriguez shared. “I think being able to help those single moms or those families in need is the biggest impact for me.”
In the past year, the community closet has brought so many people in the area together. The closet receives donations from church members and local residents, and any surplus is passed on to a local Goodwill or Salvation Army.
“I’ve gotten phone calls from people in the community looking for a place to donate clothes,” said Ben Guerrero, Whittier church pastor. “I’m so excited to see the passion and creativity of our people, how they started this ministry from just one bag of clothes, and how it grew.”
“It has been a labor of love,” Anderson added, reflecting on a year of the community closet. “We are proud of this ministry, and I pray that it will be sustained for many years to come.”
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By Araya Moss
La iglesia de Whittier reflexiona sobre el año de servicio
A lo largo del año pasado, la iglesia de Whittier ha aumentado su ministerio mediante la introducción de un armario comunitario. Cada segundo y cuarto sábado, de 3 a 5 p.m., los visitantes de la despensa de alimentos de Servicios Adventistas a la Comunidad de la iglesia también pueden elegir entre una variedad de ropa, zapatos, accesorios y juguetes gratuitos para todas las edades. El mes de mayo, la iglesia de Whittier celebró el primer aniversario de esa impactante iniciativa.
Alice Anderson, coordinadora del armario comunitario, recuerda cómo el ministerio comenzó con una pequeña distribución de una manta, un sándwich y agua a los indigentes en Whittier durante la pandemia. «Cuando la iglesia se volvió a abrir, recogimos ropa y zapatos e instalamos mesas frente a la iglesia, regalando esos artículos de forma gratuita», compartió Anderson. «Después de la creación de la despensa de alimentos, instalamos mesas y estantes de ropa en el gimnasio mientras remodelábamos la habitación de arriba que tenía “closets”. A partir de ahí, se formó el armario comunitario».
Desde entonces, el ministerio se ha transformado en un espacio dedicado que brinda dignidad a los necesitados. Al igual que pueden elegir artículos de la despensa de alimentos, los visitantes del armario comunitario pueden clasificar la ropa categorizada o los zapatos colocados en estantes, como si estuviesen comprando en una tienda.
Las conversaciones, las caras sonrientes y las familias que regresan son solo algunos de los elementos que alegran a los voluntarios. Para Crystal Rodríguez, el voluntariado evoca recuerdos de su infancia. «Recuerdo que crecí con mi mamá, [que era] una madre soltera que buscaba ropa, [y] siempre era muy difícil», compartió Rodríguez. «Creo que poder ayudar a esas madres solteras o a esas familias necesitadas es la mayor bendición para mí».
El año pasado el armario comunitario ha unido a muchas personas de la zona. El armario recibe donaciones de miembros de la iglesia y residentes locales, y cualquier excedente se transfiere a Goodwill o Salvation Army.
«He recibido llamadas telefónicas de personas de la comunidad que buscan un lugar para donar ropa», dijo Ben Guerrero, pastor de la iglesia de Whittier. «Estoy muy emocionado al ver la pasión y la creatividad de nuestra gente, cómo comenzaron ese ministerio con una sola bolsa de ropa y cómo creció».
«Ha sido una labor de amor», agregó Anderson, reflexionando sobre un año del armario comunitario. «Estamos orgullosos de este ministerio y oro para que se mantenga por muchos años más».
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Por Araya Moss